Camino Siem
Reap
Después de 3
días de intenso trabajo (¡en serio!), el día 8 fue el día internacional de la
mujer, el cual es festejado aquí y pues desde antes de nuestra llegada, se agenda
tomar el puente para visitar Siem Reap y por supuesto las ruinas de Angkor Wat.
Para salir de Phnom Penh hay que cruzar el río y tomar el único camino que hay
hacia nuestro destino; es solo una carretera de ida y vuelta, unas partes en
buen estado. Otras no tanto, ya que por ella también circulan varias motos y
pocos autos, siendo la regla la misma: sin reglas. Al salir de la ciudad
inmediatamente se ven todos los campos de arroz, muchos y muchos campos de
arroz, solo falta un mes más para la temporada de lluvias y por lo que me dicen
llueve y llueve en serio. Durante el camino se ven casas que están construidas
sobre pilotes de bambú y madera, esto por que en la temporada de lluvias el
agua llega a subir mucho... hasta 4 o 5 metros. Me llama la atención de que
varias casas tienen el mismo color de cortinas: rosa. Nuestro chofer, guía, host
y buen amigo nos explico que cuando las mujeres están en edad de casarse, ponen
las cortinas para que los interesados vayan a pedir informes... por supuesto
con su respectiva demostración en efectivo de que pueden mantener a la pretendida.
Después de
un largo camino, llegamos a Siem Reap, la cual luce mejor que la capital por
ser centro turístico, nos alojamos en nuestro hotel, ha sido un camino largo. Temprano
al día siguiente, vamos a las ruinas de Angkor Wat que fue lugar del imperio
Khemer; el cual hace mucho tiempo fue el más poderoso en esta región de Asia. En
un área de más de 200 km2 se erigen varios templos los cuales cada uno fue
construido por diferentes gobernantes. Los que mas me gustaron fueron el
llamado el "Templo de la Selva" (que por cierto ahí se filmo parte de
la película Tomb Rider) y el "Templo de Angkor Wat" que esta
¡impresionante! ... es un templo rodeado por un lago de mas de 1500 mts por
lado, al cruzar por el puente y así como su portal de mas de 200 mts
completamente decorado recordando las épicas batallas de su imperio, son algo
digno de admirar el detalle de la decoración, que me recuerdan mucho a las que vi.
en Egipto, me tomo mas de 3 horas recorrer el edificio principal y un poco de
sus alrededores por que hay que detenerse a admirar el detalle de las paredes y
las torres, así como cada uno de sus patios y salones, es algo indescriptible...
así como ver el atardecer caer sobre el templo priceless.
Nuestro anfitrión
nos invito a dar un paseo en bicicleta por la ciudad, campo traviesa para
llegar finalmente a unas ruinas, la tarde era agradable, la brisa refrescante...
y los niños saludando a nuestro paso "¡Hello!", terminamos nuestra
aventura con un refrescante agua de coco. El domingo regresamos a Phnom Penh, en
el camino comimos grillos, saben bien... dicen que las tarántulas ¡saben mejor!
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